Joan Vilatobà es una de las principales figuras de la vertiente pictorialista de la fotografía española. Pese a que la calidad de su trabajo ha sido reconocida por críticos y especialistas, su obra ha pasado desapercibida para el gran público. La exposición que produce el Museo Nacional del Romanticismo junto a Galería A34, Barcelona muestra un conjunto de treinta obras representativas de su peculiar trayectoria. Comisariada por Josep Casamartina i Parassols, permanecerá abierta al público hasta el 21 de septiembre,
Durante las dos primeras décadas del siglo XX, Vilatobà se impuso como fotógrafo tanto desde el punto de vista estético como técnico. Centró su producción en torno a tres temas: figura, paisaje y composición –con escenas de corte romántico y simbolista–, y se dedicó, además, al retrato, fotografiando a músicos, artistas e intelectuales de la época. Trabajó, sobre todo, la técnica del revelado al carbón –a menudo con ampliaciones de gran formato– por la que fue muy apreciado. El corpus principal de su obra se concentra entre 1902 y 1910.
Nacido en el seno de una familia republicana, implicada en el espiritismo y la masonería, Joan Vilatobà (Sabadell, 1878-1954) desertó de la Guerra de Marruecos y estuvo varios años en Francia y Alemania, donde daría sus primeros pasos en el mundo de la fotografía. A su regreso a Sabadell, en 1903, abrió un estudio y pronto alcanzó fama y reconocimiento en todo el país. Obtuvo, entre otros galardones, la Medalla de Oro en el concurso de La Ilustració Catalana en 1903 y la Medalla de Honor en la Exposición Nacional Fotográfica de Madrid en 1905. En 1919, el Círculo de Bellas Artes de Madrid le organizó una gran exposición. En 1931 decidió dejar la fotografía y dedicarse a la docencia en la Escuela Industrial de Sabadell.