La exposición Carlos Saura, años 50 reúne casi una veintena de fotografías en blanco y negro que muestran la España que el fotógrafo descubrió en sus viajes, con una mirada sincera y alejada de la propaganda oficial
Un trabajo de marcado carácter documental sobre las ciudades, los pueblos y sus habitantes que recupera las vestimentas, costumbres y estética de una época que ahora parece irreal
Coincidiendo con la exposición, se ha editado un nuevo título de la colección PHotoBolsillo que profundiza en los primeros años de Carlos Saura como fotógrafo
La exposición se inaugurará este sábado 15 de septiembre a las 12 horas y contará con la presencia de Carlos Saura
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La Fábrica arrancará la temporada el próximo sábado 15 de septiembre con la exposición Carlos Saura, años 50. Una mirada sincera y profunda del fotógrafo y cineasta a la España de la época, un tiempo de silencio y de penuria del que el país intentaba salir.
La exposición cuenta con casi una veintena de fotografías en blanco y negro –numeradas y con revelado analógico– muy ligadas a la estética radical del neorrealismo. La intención del autor con estas imágenes era mostrar una España alejada de la propaganda oficial. Una España a veces oscura y triste, retrasada y alejada de Europa.
Se trata de un trabajo con un marcado carácter documental sobre las ciudades, los pueblos y sus habitantes. Hombres, mujeres y niños que Carlos Saura (Huesca, 1932) descubrió en sus viajes por España en la década de los 50.
Saura descubre, a través de la sinceridad absoluta de sus imágenes, una España pobre, con pueblos de calles sin asfaltar, de mendigos, mujeres envejecidas prematuramente y niños que arrastran en su mirada la dureza de la posguerra. Pero a la vez, una España de gente abierta, sencilla, trabajadora y de gran dignidad.
A través de estas imágenes y del poder de la fotografía recuperamos las costumbres locales, la vestimenta y la estética de una época que ahora parece irreal. Como señala el autor: “Hace tiempo que no estamos allí, pero volvemos gracias al poder que tiene la fotografía de representar el pasado”.
Carlos Saura en la colección PHotoBolsillo
Coincidiendo con la exposición, PHotoBolsillo ha editado el segundo monográfico de la colección dedicado a Carlos Saura. En 2006 se publicó un volumen que recogía una selección de toda su obra. En esta ocasión, el libro reúne imágenes tomadas por Saura entre 1950 y 1962. El libro cuenta con unas 70 imágenes y una introducción del propio autor en la que explica cómo llegó a la fotografía y el poder de ésta como “testimonio fidedigno de lo que ocurría a mi alrededor”.
En el texto, Carlos Saura confiesa que llegó a la fotografía por amor: “Por conservar una imagen de alguien a quien amaba. A los ocho años estaba enamorado de una niña que vivía cerca de mi casa. Entonces era tímido, así que me escondí detrás de un seto con la cámara fotográfica de mi padre e hice la primera foto de mi historia”. A día de hoy Saura sigue definiéndose como “un fotógrafo apasionado, que va por la vida con una pequeña cámara digital, observando a quienes le rodean”.
Dirigida por Chema Conesa y con más de 100 títulos publicados, la colección PHotoBolsillo nació en 1998 con la voluntad de crear un catálogo de referencia, tanto para profesionales como para aficionados, de los nombres más importantes de la fotografía española e iberoamericana. Los próximos títulos de la colección estarán dedicados a Jean Marie del Moral y Bárbara Brändli.
Sobre Carlos Saura
Carlos Saura nace en Huesca en 1932. Siendo niño vivió la tragedia de la Guerra Civil, cambiando de residencia conforme avanzaba el conflicto. Terminada la contienda, los Saura volvieron a Huesca y después se instalaron en Madrid. En 1952 abandonó sus estudios de ingeniería, ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (Escuela Oficial de Cinematografía a partir de 1962) y comenzó algunos cursos de Periodismo. Frecuentó las tertulias del Café Central y del Café Gijón de Madrid junto a Mario Camus, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite o Ignacio Aldecoa.
Conocido sobre todo como director cinematográfico, en paralelo ha desarrollado otras facetas artísticas afines como las de guionista, escritor y fotógrafo. Sus primeros trabajos recogen fotografías de Madrid y de los pueblos castellanos realizadas en los años 50 con la idea de publicar un libro sobre los pueblos y las gentes de España, que en aquel momento no llegó a realizarse, pues, como explica él mismo, se cruzó en su camino el cine. Este y otros trabajos de aquella época destacan por su valor testimonial y están relacionados directamente con el inicio de su trayectoria cinematográfica. Desde entonces no ha dejado de hacer fotografías, extendiendo la temática al autorretrato, el retrato familiar, la fotografía de viaje y paisajística, la de gente anónima y las fotografías relacionadas con sus películas: notas de localizaciones, recuerdos de rodaje o piezas que incorpora en la trama. En 2005 publicó la novela Ausencias, que, en palabras del autor, es su especial homenaje al mundo de la fotografía. Realiza también fotografías pintadas que denomina “fotosaurios”.
Su primera exposición fotográfica tuvo lugar en la real Sociedad Fotográfica de Madrid en 1951. En 1964 expuso junto a Ramón Masats en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en 1999 en el Centro Andaluz de la Fotografía de Almería. Al año siguiente el Cercle d’Art de Barcelona le dedicó la muestra Años de juventud (1949-1962), que itineró después por Europa. Ese mismo año recibió el Premio Aragón de la Diputación General y en 2011 la Comunidad de Madrid le otorgó la Medalla Internacional de las Artes. Ha sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Lumière de Lyon y por la Universidad de Dijon (Francia).