El libro es fruto del proyecto de investigación de Julia de Castro en torno al mundo de la prostitución
En la obra rescata el género renacentista para elaborar un manual sobre prostitución que, partiendo de la obra homónima del italiano Ferrante Pallavicino, escrita en 1642 y dedicada a las prostitutas de la época, profundiza en las circunstancias que rodean la prostitución, un tema que sigue levantando controversia y en el que no hay acuerdo ni siquiera en el ámbito feminista
El volumen incluye el libro de Ferrante Pallavicino —traducido por primera vez al español—, la réplica de Julia de Castro a su visión de la prostitución y, junto a ambos textos, las imágenes de las dos prostitutas con las que ha ido gestando su proyecto, una española y una italiana, tomadas por el fotógrafo Juan Baraja
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La Fábrica publica La retorica delle puttane, de Julia de Castro (Ávila, 1984), una personal investigación en torno al mundo de la prostitución que toma prestado el título de una obra del italiano Ferrante Pallavicino, escrita en 1642, que se ha traducido por primera vez al español para ser incluida en este estudio.
El libro de la artista y actriz, Julia de Castro es el resultado de año y medio de investigación en torno a la prostitución, un proyecto que desarrolló durante su estancia en la Real Academia de España en Roma, becada por la AECID.
El proyecto parte de una premisa tan sencilla como controvertida: para la autora, la única prostitución posible es la que se ejerce de forma voluntaria. Todo lo demás, según considera ella, no es prostitución sino esclavitud, explotación, etc. Julia de Castro defiende la prostitución ejercida como un oficio más, con sus obligaciones y con sus derechos, con sus riesgos y sus ventajas, y aboga por que las prostitutas “logren vivir familiar y socialmente sin estigma haciendo lo que quieren, deben, necesiten o consideren oportuno para satisfacer sus necesidades a través de este oficio” una profesión que a menudo «es un enigma para el resto de mujeres», afirma.
Para llevar a cabo su proyecto, Julia de Castro ha contactado con dos prostitutas que ejercen libremente, una italiana y otra española, con las que ha compartido muchas horas de conversación y a las que ha fotografiado Juan Baraja. El libro incluye otras fotos de este autor toledano —becado a su vez en la Real Academia de España en Roma—, que recogen lugares de Roma donde otras famosas prostitutas de siglos pasados ejercieron la prostitución.
El libro incluye la primera versión en español de La retorica delle puttane, de Ferrante Pallavicino, en traducción de la profesora de Literatura Italiana Teresa Losada Liniers. La obra es un texto satírico que el autor estructura como la famosa Retórica del jesuita Cipriano Suárez, de obligado estudio en las escuelas de la época, y donde a lo largo de quince capítulos ofrece consejos a las prostitutas sobre cómo ejercer su oficio y obtener el mayor beneficio por ello. El libro supuso tal escándalo que el autor tuvo que huir de Venecia, y fue apresado poco después en Aviñón, donde fue decapitado sin haber cumplido los 29 años.
Julia de Castro, igual que en su día el autor del seicento, da en el volumen su particular réplica, desarrollando a lo largo de otros quince capítulos su visión de la prostitución en el siglo XXI, tratando aspectos como la personalidad de las prostitutas, su iniciación, el perfil de los clientes, las normas de higiene, la condición física de ellas, su moralidad, el placer que les proporciona su oficio o el siempre controvertido asunto de la legalización.
El libro, dedicado a las prostitutas, tiene como objetivo dar voz a estas mujeres, a «vosotras, que lejos de estar sometidas, amenazadas o humilladas —como hemos escuchado hasta la saciedad—, disfrutáis del sexo y cobráis por ello, y que sin embargo no tenéis voz en vuestra propia discusión». «Queridas putas —continúa—, debéis saber que a muchas nos asustáis, a muchas más nos ofendéis y a la gran mayoría sencillamente no nos interesáis». El libro de Julia de Castro viene, así, a tocar el tema del placer en la mujer, algo que se considera «una amenaza, especialmente para nosotras, y me gustaría saber por qué», concluye.
