La Fábrica publica Gea, de Pío Cabanillas, un espectacular volumen que invita a redefinir nuestra manera de observar la naturaleza, atendiendo a los múltiples detalles que conforman su significado y belleza únicas
El libro presenta 120 fotografías divididas en tres capítulos, Estructura, Forma y Textura, que han sido tomadas en algunos de los escenarios naturales más impactantes de los cinco continentes
La mirada fotográfica del autor complementa las perspectivas y horizontes más majestuosos arrastrando nuestra atención hacia particularidades que pudieran pasar desapercibidas en un primer momento.
Su búsqueda de la belleza en el detalle, a través de encuadres cada vez más cerrados, hace imposible con frecuencia la identificación de las localizaciones. Pero de lo que se trata es de aflorar la riqueza oculta, de regodearse en los matices y descubrir lo extraordinario, las más sutiles señas de identidad de nuestro entorno. La situación o el lugar donde se encuentran los espacios fotografiados no constituyen la esencia de la naturaleza, sino las formas y texturas de todo lo que nos rodea
256 páginas | Español-Inglés | 24 x 32 cm PVP 40 € | ISBN 978-84-16248-93-3
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“El simple contacto del hombre con la naturaleza, esta influencia del gran ambiente, o del aire libre, como dicen otras lenguas con más bella expresión, ejercen un poder tranquilo, endulzan el dolor y calman las pasiones cuando el alma se siente íntimamente agitada” Esta cita del naturalista alemán Alejandro de Humboldt, pertenece a la que es quizás su obra más importante, Cosmos, cuyo prólogo se reproduce en las primeras páginas de Gea, último libro publicado por La Fábrica.
Pio Cabanillas (Madrid, 1958), autor de esta obra, rinde en Gea, un homenaje a la naturaleza, a su esencia, a los matices que la definen con mayor profundidad que las meras representaciones efectistas de los grandes escenarios naturales del mundo.
El título del libro deriva de la mitología griega, donde Gea es la divinidad primigenia, la madre Tierra, nacida de Caos y que engendró por sí misma a Urano (El Cielo) que, junto con Ponto (El mar) le rodea.
“La naturaleza es un pintor meticuloso y tímido”, señala Pio Cabanillas. “Se presenta a primera vista, grandiosa, sobrecogedora, pero escondiendo al mismo tiempo su ser, mezcla de capricho, azar, arte y sutileza. Hay que ir a buscarla, no dejarse deslumbrar por su magnitud, le cuesta mostrarse”.
Lo que Pio Cabanillas busca con sus fotografías es exactamente lo contrario de lo que encontraríamos en un paseo distraído por un paisaje idílico. En lugar de contemplar el paisaje en un plano general y distante, su encuadre y su tratamiento de la luz nos conducen a una observación minuciosa y deslumbrante de los detalles íntimos de los materiales de los que está hecho el mundo. Busca tanto provocar nuestra curiosidad haciendo desaparecer la escala, como descubrirnos sensaciones deteniéndose en las texturas, las sombras y los colores.
Así, la cercanía y la descontextualización hacen que redescubramos las reglas y variables de la naturaleza, su perfección y lo inexorable de su cálculo. El agua, el cielo, los minerales, la vegetación, los volcanes o la arena se convierten ante nuestros ojos en generadores de geometrías que a lo largo de la historia del arte los artistas, de manera consciente o inconsciente, han replicado en sus obras.
Llama la atención también, cómo a pesar de contener esta obra imágenes tomadas en algunos de los parajes naturales más conocidos y reconocibles del mundo, la búsqueda de lo singular, de los trazos o líneas más insólitos, de las sombras o huellas dejadas por el agua y viento, otorgan a las imágenes y la naturaleza que captan una identidad propia, más allá de los ambientes que representan.
Procedentes de una veintena de parajes distintos entre sí, de Argentina, Vietnam, Groenlandia, Kenia, el Everest, el Gran Cañón del Colorado, el mar Muerto en Jordania o el valle del glaciar Baltoro en Pakistán, las 120 imágenes que contiene Gea ofrecen la oportunidad de acercarse al paisaje de una manera diferente, heterodoxa, más abstracta, ajena a la mano del hombre. Como señala el autor: “Siempre me ha interesado la fotografía documental, el gran paisaje, pero se trata de mirar más lejos, o, mejor dicho, de mirar más cerca, de acercarse al auténtico carácter de la naturaleza, a sus gestos y arrugas, y profundizar en la observación minuciosa y paciente de las joyas que nos ofrece.”
Pío Cabanillas ha expuesto sus fotografías en muestras colectivas e individuales, entre las que se encuentran en los últimos años: Enfoques (Galería Alfama, Madrid 2008), Agua (Galería Materna y Herencia 2014), y Sombras (PHotoEspaña, Galería Materna y Herencia 2015).