Cartas de cine permite al lector adentrarse en los universos personales de cerca de ochenta grandes creadores, a la vez que descubrimos sus relaciones, sus inquietudes, decisiones y momentos vitales que influyeron en sus películas El material reunido por Garbiñe Ortega y Francisco Algarín Navarro incluye telegramas, postales, dibujos y cartas, entre otros documentos 160 páginas | español | 14,7 x 22 cm PVP 19 € | ISBN 978-84-17769-94-9 |
La Fábrica, junto a Punto de Vista, Festival Internacional de Cine Documental, publican el libro Correspondencias. Cartas de cine, que reúne cerca de cincuenta cartas de algunos de los cineastas más relevantes de la historia. Charles Chaplin, Louis Lumière, Eric Rohmer, Maya Deren, Pier Paolo Pasolini, Jonas Mekas, Carolee Schneemann, Orson Welles, Serguéi Einsenstein, Anne-Marie Miéville, Jean-Luc Godard, Jacques Tati o Luis Buñuel son algunos de los cerca de ochenta autores de estas misivas, que nos permiten aproximarnos a su vida y universo creativo desde otra perspectiva, más cercana e íntima. Editado por Garbiñe Ortega y Francisco Algarín Navarro, Cartas de cine contiene auténticos tesoros para los amantes del séptimo arte. Así, presenciamos la amorosa relación entre Jean Cocteau y Jean Marais, nos emocionamos con las palabras de François Truffaut a Jean Renoir, disfrutamos con la disparatada carta «de amor» de Allen Ginsberg y Peter Orlovsky a Charles Chaplin o asistimos a la sonada ruptura profesional entre Marguerite Duras y Alain Resnais. Entre otros muchos apasionantes episodios. Está recopilación supone un gozoso paseo por los mejores años del cine clásico y contemporáneo que nos permite aproximarnos a estos creadores desde una óptica muy personal, tomando su correspondencia privada como vehículo para sumergirnos en sus universos particulares. Como señala Garbiñe Ortega: “Más que una recopilación (de cartas, de imágenes), este libro plantea una composición, una red de relaciones y yuxtaposiciones, que estimula nuestra intuición ante un encuentro posible. Cada carta roza, acaricia, toca, modifica, amplifica las otras”. El volumen se plantea como una obra que puede leerse en muy diversos sentidos, ya que “propone su propio lenguaje y dispositivo, que no es ni el de la película no el del libro, sino uno intermedio, situado entre uno y otro.” Cartas de cine cuenta con gran diversidad de materiales, ya que no se limita a las cartas “al uso”. Junto a ellas, encontramos en el libro “postales, los telegramas, las cartas-dibujo y los dibujos-carta, las cartas-retrato y los retratos-carta, y, sobre todo, las cartas-películas y las películas-carta (desde los filmes que enviaban los operarios de los Lumière desde diferentes partes del mundo hasta las películas familiares en 8 mm de Stan Brakhage, que tanto recuerdan a los álbumes o a los cuadernos), que rebasan la mera noción de envío; más bien, se corresponden en las escalas entre las cartas y las películas a las que aluden”, explica Ortega. |