«El primer y único documental hablado enteramente en lengua socotrí»
El próximo jueves 24 de noviembre se presenta en La Fábrica «Socotra» a las 19h30, un libro-película desarrollado en la remota isla de Socrota, en el océano Índico, situada entre el Cuerno de África y la península de Arabia. El encuentro estará moderado por Jacobo Siruela, Jordi Esteva y Jesús Cañete.
Durante los monzones, la isla permanecía aislada, lo que contribuyó a preservar un ecosistema único en el mundo. Los árboles de incienso y de la mirra crecen silvestres en muchos lugares así como el mítico draco. El árbol de la sangre del dragón. Unos camelleros con sus animales inician una expedición a las montañas antes de la estación de las lluvias. En su camino encontrarán a los pastores y al hijo póstumo del último sultán de Socotra. Alrededor de un fuego se conversa sobre los genios y duendes que pueblan las montañas y serpientes monstruosas que habitan en profundas cavernas. Descubriremos un sorprendente y atávico mundo que se desvanece. Se trata del primer y único documental hablado enteramente en lengua socotrí, un idioma sudarábigo relacionado con la antigua lengua del legendario Reino de Saba.
Sobre la isla
La isla de Socotra tiene el tamaño de la isla de Rodas. No posee ningún abrigo natural y los monzones, que en otras regiones del Índico propiciaron la navegación y el intercambio, en las costas de Socotra resultaron un gran peligro. El aislamiento ha preservado una flora que parece de otra era. Abunda el árbol de la sangre del dragón, en forma de seta gigante, de savia roja que utilizaron tanto los gladiadores del Coliseo para embadurnar sus cuerpos, como los lutiers de Cremona para dar la pincelada decisiva a sus Stradivarius.
Durante siglos, atraídos por la riqueza de sus resinas olorosas, indios, griegos y árabes del sur, acudieron a Socotra. Tras ellos, los piratas. Algunos historiadores sitúan en Socotra el lugar dónde acudió Gilgamesh en busca de la planta de la inmortalidad tras la muerte de su fiel Enkidú. Para los egipcios quizá fuera la isla del relato del náufrago,el primer relato marinero de la historia. Herodoto situó en Socotra la morada del ave Fénix. Para los árabes era la isla del ave Roc. Marco Polo afirmó que los socotríes eran los nigromantes más poderosos del mundo. Los portugueses invadieron el sultanato de Socotra, durante un tiempo, para salvaguardar su ruta marítima hacia la India.
Desde finales del sXIX fue protectorado británico hasta su incorporación a Yemen del Sur. Antes de la reunificación del país, se creía que la isla albergaba una base de submarinos soviética. Los primeros vuelos comerciales, a principios de este siglo, pusieron fin al aislamiento secular.
A pesar de los importantes cambios, Socotra sigue siendo un lugar remoto y fascinante. Para reencontrar la Socotra de los tiempos del sultán hay que caminar varios días hacia las cumbres del Haggar donde anidaron las aves monstruosas de los antiguos y donde Urano tenía su trono antes de ser castrado por su hijo Cronos. Sin embargo, los socotríes, que siguen hablando una lengua emparentada con la del Reino de Saba, desconocen las historias que egipcios, griegos, árabes y los viajeros renacentistas fabularon sobre la isla.
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