Pilar Pequeño establece en Huellas, su último trabajo un diálogo entre dos edificios abandonados, uno situado en Galicia, en la zona de bajo Miño y el otro en el Mar Menor, cuyas ruinas, tras pasar por el objetivo y la sensibilidad de la artista, vuelven a la vida y desvelan su historia y la de los sueños que albergaron.
La Fábrica acogerá la presentación de este libro el martes 25 de abril a las 19h30 en una charla en la que la fotógrafa conversará con la comisaria y crítica de arte Rosa Olivares y la fotógrafa María Teresa Gutiérrez Barranco.
Pilar Pequeño construye en Huellas un relato de memorias, no solo de los espacios sino también de la intimidad de sus propias vivencias y recuerdos, a través de esta serie de imágenes en blanco y negro y color, tomadas entre los años 2000 y 2016, en estos dos espacios tan diferentes. Espacios con arquitectura muy diversa en zonas climáticas prácticamente opuestas, con diferente luz y vegetación, pero que la fotógrafa consigue vincular a través de sus imágenes y sus propia memoria.
Sobre la autora
Pilar Pequeño. Galardonada en 2010 por el Ministerio de Cultura con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Pilar Pequeño comenzó a practicar la fotografía en los años 80 del siglo pasado, después de varios años utilizando el dibujo como principal medio de expresión artística.
La naturaleza va a ser una constante en la obra de Pilar Pequeño, como se muestra en sus series Paisajes (1982), Invernadero (1982-1990), Hojas (1985), o Plantas (1992), Bodegones (2005), o Paisajes cercanos (2008-2013).
No falta tampoco en la obra de Pilar Pequeño fotografía de paisajes urbanos, imágenes con las que empezó a trabajar entre 1988 y 1991, momento en el que viaja por Europa y Estados Unidos, donde realiza una serie sobre el área metropolitana de Washington y 2006-2007 su trabajo La Samanna, impresiones en la isla de San Martin en Las Antillas francesas donde fotografía jardines, paisajes interiores y exteriores de los edificios.
En 1993 comienza sus naturalezas muertas de plantas, su trabajo más amplio y representativo en el que continúa experimentando en la actualidad. Trabajar en su estudio le proporciona más libertad de creación, puede elegir los elementos de la composición la relación entre ellos… pero sobe todo le permite trabajar la luz natural creando su propia escena lumínica para potenciar las transparencias y distorsiones de las plantas sumergidas en el agua.
De 1997 a 2005 desarrolla la primera parte de la serie Huellas, fragmentos de tiempo, fotografías de lugares abandonados; un trabajo sobre la acción del hombre en el paisaje, el paso del tiempo, la memoria y la recuperación por la naturaleza de lo que fue suyo. De 2012 a 2016 después de una década, Pilar Pequeño vuelve a esos edificios abandonados, que van muriendo lentamente para fotografiarlos otra vez ahora en color y completar así el proyecto Huellas.