Durante siglos, la custodia y crianza de pájaros cantores, en especial de jilgueros, ha estado muy ligada a la ciudad de Estambul. Su situación geográfica como lugar de paso en las rutas migratorias entre África y Europa y la riqueza medioambiental del área del Bósforo, repleta de bosques, lagunas y humedales, ha propiciado el encuentro entre los pájaros y los hombres a través del canto. Una tradición con múltiples plataformas sociales que hunde sus raíces en una comunidad griega que vivió en Estambul durante el Imperio Otomano y que ha sido adoptada por los hombres turcos y mantenida a los largo de los años.
Es esa fascinación, transmitida de padres a hijos, así como la estrecha relación entre los criadores y sus aves la que llevó a las fotógrafas Maria Sturm y Cemre Yesil a trabajar en un proyecto que ahora ve la luz en el libro For Birds’ Sake (La Fábrica, 2015). Una publicación que muestra el misterioso vínculo que se genera entre los pájaros y sus cuidadores, repleto de contradicciones entre el amor, la posesión y el placer. Una mirada sutil y en clave femenina hacia este microuniverso de pájaros y hombres.
Los criadores u “hombres pájaro” se arriesgan a cuantiosas multas por capturar a los jilgueros en plena naturaleza y mantienen en cautividad a uno o dos ejemplares cada vez. Los machos de verderón y jilguero pardillo son los más apreciados debido a los prodigiosos trinos con los que atraen a las hembras durante la temporada de apareamiento.
Sturm y Yesil han seguido a estos hombres en las reuniones que mantienen de café en café por todo Estambul cada fin de semana, entre los meses de abril y agosto. Así, han captado cómo los criadores transportan a los pájaros en cajas forradas con papeles o telas, desarrollando diferentes estilos para envolver y presentar la jaula: desde telas monocromáticas hasta encajes de ganchillo, desde hilos multicolores a cuentas azules que protegen a las aves contra el mal de ojo. La fuerza de esta tradición se revela en toda su amplitud en los concursos de canto donde, mientras esperan su turno para participar, los criadores llevan a cabo rituales de calentamiento tocando suavemente las jaulas, silbando, susurrando o reproduciendo canciones desde sus teléfonos móviles.
Sin embargo, esta tradición parece estar llegando a su fin. La adopción por parte de Turquía de normas y reglamentos para ser aceptado como miembro de la Unión Europea hace que se prohíban las actividades que puedan poner en peligro a las aves silvestres. Por otra parte, el incesante crecimiento urbano de Estambul -que alcanzará previsiblemente los 4 millones de habitantes en 2025- amenaza las zonas verdes del Bósforo, poniendo en riesgo las rutas migratorias.
Los “hombres pájaro” de Estambul prefieren ignorar esta posibilidad. Para ellos, criar a las aves y escuchar su canto es una adicción. Sturm y Yesil abordan esta relación mediante fotografías que intentan hacer entender esta pasión enjaulada y transmiten las contradicciones que encierra la lucha de estos hombres contra la naturaleza, tan contradictoria, protegiendo a las aves de la naturaleza y a la vez manifestándose en contra de las leyes que las protegen. Subyacen en toda la serie la pulsión entre feminidad y masculinidad. El papel de las esposas, ajenas a todo el proceso de crianza de los jilgueros, y el de las propias fotógrafas, inmersas en un universo totalmente masculino para dar visibilidad a una costumbre tan “ordinaria” para sus protagonistas. Una caja blanca que contiene oscuridad con el objetivo de que el pájaro cante de la forma más bella posible. Ellas, tratando de entender esa pasión enjaulada, y ellos tratando de entender su necesidad de retratar esas jaulas tan “ordinarias».
Maria Sturm (Ploiesti, Rumanía, 1985) vive en Alemania desde 1991. En 2012 terminó sus estudios de Fotografía y Medios Audiovisuales en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bielefeld. Ha recibido numerosos premios, como el New York Photo Award de 2012, y ocupó el tercer puesto en Erstwerk 2012 con su obra Be Good. Además, fue finalista de la quincuagésima cuarta edición de Bourse du Talent y de la beca de la revista alemana Stern para jóvenes fotógrafos. También fue nominada para la Joop Swart Masterclass 2014.
Cemre Yesil (Estambul, Turquía, 1987) trabaja en Estambul y en Londres. Titulada en Fotografía, posee además un máster en Artes Visuales de la Universidad de Sabanci. En la actualidad, realiza prácticas de doctorado en el London College of Communication. Su obra se ha expuesto y se ha publicado en varios países. Ha recibido varios premios; entre ellos, el de la Photographie Competition PARIS (categoría de prensa y retrato). En 2014, fue finalista del premio Paul Huf Award del Museo de Fotografía de Ámsterdam (FOAM). Yesil da clases en la Universidad Bilgi de Estambul y en la Universidad Koç. Entre su obra publicada más reciente se encuentra The House We Used to Call Home (2014).