FLORES/RETRATOS
20-01-2016 / 19-02-2016
Imogen Cunningham
Imogen Cunningham (1883, Portland, Oregon – 1976, San Francisco) es la fotógrafa estadounidense por excelencia del siglo XX. Desde sus primeros trabajos hasta su muerte, dedicó su vida a la búsqueda de su esencia creativa y su figura cobra una importancia vital en la evolución del medio. Sus imágenes más conocidas datan de la época comprendida entre 1920 y 1940, un período apasionante para la fotografía y el arte en Estados Unidos.
En el cuarenta aniversario de su muerte, La Fábrica homenajea a la fotógrafa estadounidense con la exposición Flores/Retratos, que podrá visitarse entre el 20 de enero y el 19 de febrero de 2016. La muestra reúne más de 15 fotografías en blanco y negro de dos de los cuerpos de trabajo más característicos de la trayectoria de la autora, algunas de sus sensuales y delicadas fotografías de flores y una selección de retratos. Las fotografías de Cunningham formarán parte del nuevo número de la revista Matador. El volumen R de la revista de cultura, ideas y tendencias, que saldrá próximamente a la venta está dedicado a la Botánica .
Interesada por la luz natural sobre cualquier otro método, entre las pasiones de Cunningham se encuentra la botánica. Dedicó gran parte de su tiempo a la captación de motivos florales y sus jardines fueron la prolongación de su imaginario. Su afición la llevó a titular sus fotografías con los nombres científicos de las plantas que fotografiaba y fue su serie Pflanzenformen la que le granjeó su primer reconocimiento internacional en la exposición Film und Foto de la Werkbund de Stuttgart, en 1929.
Otro de los puntales de la obra fotográfica de Cunningham fue el género del retrato. Además de retratar a amigos y familiares, también fotografió a figuras de la talla del pintor Morris Graves, la campeona de esgrima Helene Mayer, la modelo Phoenix o la artista Ruth Asawa. Sus retratos de la artista Frida Kahlo son mundialmente conocidos y en sus últimos años de su vida se embarcó en una excepcional serie de fotografías de ancianos que se materializó en la monografía póstuma After Ninety. Su estilo, ambiental y relajado, comunica la fascinación que sentía por aquello que hace única a cada persona, sobre los detalles que diferencian a los seres humanos. Así, muestra de forma magistral las líneas geométricas del cuerpo y formas sensuales definidas por la iluminación y la composición.