Gonzalo Juanes
14/09/2017
Una mirada en color
La vida de Gonzalo Juanes (Gijón, 1923-2014), uno de los más destacados fotógrafos del mítico grupo AFAL, dio un vuelco a mediados de los años sesenta del pasado siglo, cuando su curiosidad técnica, unida a un cierto hartazgo de la esclavitud del laboratorio –en aquella época era casi impensable que un fotógrafo no revelase su material–, le llevaron a probar la película en color. Quedó tan satisfecho del resultado que, con la convicción que siempre le caracterizó, decidió abandonar de
golpe el blanco y negro. Y se deshizo sin pena de su laboratorio y, lo que es más sorprendente, de ¡todos sus negativos en blanco y negro impresionados hasta entonces! Borrón y cuenta nueva. Nunca se ha podido aclarar si aquella pérdida fue o no intencionada; ni Gonzalo ha tenido el menor interés por aclararlo. Tampoco parece haberle quitado el sueño. Desde entonces hasta sus últimos días, y salvo un breve paréntesis en los años noventa, sólo fotografió en color.
Pero nunca se enfrentó al color como un nuevo medio de expresión que hubiera que tratar de un modo distinto al blanco y negro, que le exigiera cambiar las bases de su lenguaje. Y menos aún, como un medio para hacer un trabajo más comercial –no lo necesitó, pues nunca vivió de la fotografía– o más “original”. Fascinado por la riqueza del color y convencido de que la vida es en colores, siguió haciendo la fotografía que le gustaba, o mejor aún, la que le más le importaba, aquella en la que
creía, pero en color. Y ahí radicó la grandeza de su tarea: incorporar con la mayor naturalidad el color a su propia mirada, una mirada personal y a la vez inmersa en la corriente de la mejor fotografía documental de su tiempo.
José Manuel Navia
Para mí la fotografía sigue siendo en primer lugar un simple documento en el que se intenta captar un fugaz momento de lirismo.
La buena fotografía ha de ser sencilla, de modesta apariencia, intencionadamente en tono menor.
Gonzalo Juanes