Unseen photographs and selected works
24-11-2011 / 21-01-2012
Francesca Woodman
En menos de una década, antes de su muerte con tan solo 23 años, Francesca Woodman fue capaz de crear un potente conjunto de fotografías en el que exploró el cuerpo humano y el complejo problema de representación del yo. Íntimo, directo y visceral, su trabajo revela la inusual y coherente visión de una artista que, pese a no llegar a la edad adulta, ha influido considerablemente a posteriores generaciones de artistas.
Ahora que se cumplen 30 años de su muerte, La Fábrica Galería presenta 20 fotografías de diferentes periodos de la producción de la artista estadounidense -9 de ellas prints inéditos- que permiten apreciar las constantes de su trabajo. A Woodman le interesaba principalmente el retrato, y centró preferentemente su producción sobre la exploración despiadada de su propio cuerpo, habitualmente desnudo. Con un marcado carácter autobiográfico, sus fotografías la muestran en escenarios melancólicos, habitaciones en las que la artista retrata la soledad, el olvido y el paso del tiempo. Su figura, mostrada al desnudo en interiores destartalados y con cierto aire gótico, se mueve entre la aparición y la desaparición, la sexualidad y la inocencia. En algunos trabajos su cuerpo aparece borroso, en movimiento, escondido tras papel pintado. En otros aparece presa de ventanas o debajo de muebles, posando con objetos simbólicos o entreviéndose tras ropas andrajosas.
Inusualmente talentosa y precoz, la compacta carrera de Woodman muestra a una artista a punto de eclosionar. Sin ser todavía una mujer madura, tampoco se trata del trabajo de una niña inocente, su obra se mueve en un momento provisional y tumultuoso anterior a la verdadera madurez, siendo introvertido, experimental e incompleto.
Las fotografías que forman la exposición permiten recorrer el trayecto artístico de Woodman. Siguiendo un orden temporal en la muestra se incluye su primera fotografía Autorretrato a los 13 (1972); trabajos desarrollados en su época de estudiante en la Escuela de Bellas Artes de Rhode Island entre 1975 y 1978; fotografías realizadas en su estancia en Roma (1977-1978); las producidas durante su residencia artística en la colonia MacDowell en Peterborough, New Hampshire (1980) y algunos de sus últimos trabajos realizados en Nueva York.
El trabajo de Woodman se sitúa frecuentemente junto a la de sus contemporáneas Ana Mendieta y Hannah Wike así como de artistas de generaciones posteriores como Cindy Sherman, Sarah Lucas, Nan Goldin and Karen Finley, debido a sus diálogos con el yo y la representación del cuerpo femenino.