El que pone la cara, por Juan Bautista Durán
La figura más sufrida sobre el terreno de juego, árbitro aparte, es la del portero, puesto que siendo el jugador más retrasado es más probable que sea culpable de todo que artífice de nada. Con su singularidad en las manoplas, debe permanecer concentrado durante los noventa minutos del partido, sentirse parte de las combinaciones del equipo por escasa que sea su participación y agradecer eso también a sus defensores,