Paul Celan e Ingeborg Bachmann: la negación, el olvido, por José de María Romero Barea
A fuerza de repetidas, nos hemos cansado de escuchar una y otra vez las tristes historias del Holocausto; ya no las creemos; hemos cedido a la indolencia, la ignorancia y el cinismo, y nos atrevemos incluso a menospreciar, cuando no a cuestionar, por acción u omisión, el horror de los campos de exterminio e incluso a los testigos que los padecieron. La obligación de recordar está inscrita en cada monumento