Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi, una lectura de Mario S. Arsenal
Corre 1938 y Portugal sufre los latigazos de Salazar. Se está corriendo la voz. La policía ha asesinado a un trabajador del Alentejo, un carretero, un socialista. Pero a Pereira no le interesa la política, vive para la cultura. Dirige el suplemento cultural del Lisboa, es viudo y delira con ternura cuando habla con el retrato de su esposa, recortado sobre el fondo de un verano que pasaron en el