Eñe 53 Remake
En Eñe ya se ha dicho muchas veces: desde el Poema de Gilgamesh o desde las obras épicas de Homero no se ha escrito nada nuevo en la historia de la literatura. Todo está allí, en los primeros textos conocidos de la humanidad. El amor, los empeños inútiles, la violencia, la ira, la mudanza del viaje, la locura, la traición y la lealtad, la lascivia, la admiración de la belleza, el instinto de la aventura, la muerte. Los escritores que han venido después han ido copiando o repitiendo los mismos libros. Incluso los que no se creen hijos de ninguna tradición; incluso los adanes que quieren reinventar el arte.
Joyce, uno de los grandes renovadores de la literatura moderna, escribió una Odisea que no se parecía a La Odisea pero que lo era puramente. Nihil novum sub sole, decía ya el Eclesiastés hace miles de años: «No hay nada nuevo bajo el sol». Todo se repite, todo regresa en distintas formas. Incluso sería posible que, como proponía Jorge Luis Borges en «Pierre Menard, autor del Quijote», alguien llegara a escribir alguna vez el mismo libro palabra por palabra partiendo de vidas distintas y de experiencias diferentes.
Los fotógrafos que nos acompañan en este número de Eñe, Cortis & Sonderegger, indagan con sus imágenes en ese mismo misterio: la circularidad del arte y la circularidad del mundo. En su obra reconstruyen escenas de la historia con maquetas y las retratan como si fueran reales. O remedan las instantáneas de grandes fotógrafos y las repiten, transformándolas.
La posmodernidad hizo de este juego irónico —quizás melancólico— su mayor seña de identidad: si no hay nada nuevo bajo el sol, tomemos abiertamente el mismo barro y moldeémoslo con formas nuevas. En 2010, Agustín Fernández Mallo publicó un libro titulado El hacedor (de Borges). Remake. María Kodama, la viuda albacea de Borges, le obligó a retirarlo del mercado. ¿Homenaje, plagio, vampirismo, inspiración? ¿O simplemente honestidad?
En el centro de esta discusión artística o existencial está siempre la paradoja machadiana: «Todo pasa y todo queda».