No la molestes, por Isabel Garrido
Me gusta cuando lee porque se le fugan las sonrisas y se le evapora el alma en forma de lágrimas. Marchan directas a las páginas que las vieron nacer, y flotan a la deriva entre renglones y espacios.
Me gustan las islas que se forman entre capítulos, cuando suspira deseando saber qué más puede ocurrir en esa historia que tiene entre manos y pasa la página sin poder detenerse un segundo más del necesario.
Me encanta cuando ríe, sincera y espontánea, con la comicidad de las anécdotas posibles. Cuando suspira, el viento llega a las velas de los barcos que flotan en las hojas y los hace navegar entre ellas.
Me gusta la calma de su mano, aunque a veces tiemble junto al pie de página, imaginando qué ocurrirá en la siguiente.
Me gusta verla absorta, distraída y ausente, con los ojos bailando de un lado a otro, sabiendo que quisiera poder ir más rápido para saber más, cuanto antes, ya… Y que a la vez quisieran ir más despacio para que la historia no termine nunca, para no abandonar para siempre sus personajes en la cuneta.
Me gusta su silencio, su vida, su aparente calma mientras su interior bulle. Silencio donde se puede ver todas las emociones que la recorren, a la par de su lectura. Silencio que contiende el aliento mientras se resuelve una escena. Silencio que sufre con los protagonistas, o se alegra con ellos.
Silencio de lectura. No la molestes, que me gusta verla leer.
Isabel Garrido nació en Málaga en 1989. Es enfermera. Ha participado en las antologías Tres Reinos y Tormentas. Colaboró con la web de microrrelatos Instan-tés. Sus relatos «La máquina de escribir» y «Creación», así como los poemas «Ya no estás» y «Lo sabes» fueron seleccionados para el número 30-31 de la revista Amateurs. También ha publicado en revistas digitales como Mirai Webzine. Administra el blog literario Cartas de ilusiones y proyectos y forma parte del colectivo Málaga Escribe y Enfermeras Escritores. Actualmente está trabajando en un nuevo libro de poemas.
El número 41 de Eñe. Revista para leer se llama Leed, leed, malditos. A los escritores que colaboran en él con sus relatos y poemas les planteamos un reto: que al leerlo se despierten, aún más, las ganas de leer.
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(La fotografía, de State Library Victoria Collections, se publica bajo licencia Creative Commons).
