La Propiedad Intelectual

Autor: Jesús Granero
Nota biográfica del autor:
Demasiadas ganas de vivir hicieron que me adelantara y en las navidades de 1980 ya estaba dando vueltas por el mundo.

Mitad de un lado, mitad del otro, mi vida jamás conoció estancia única, mi niñez osciló entre Buenos Aires y Tierra del fuego, al sur, muy al sur.

Puedo decir que con siete años di mis primeros pasos por segunda vez en la vida, un accidente de tráfico fue la causa y desde que volví a poner los pies en el suelo no me detuve más.

Cuando la adolescencia apogeaba empecé a encariñarme con las letras, poco a poco me fui animando a escribir versos y así descubrí la magia de la poesía.

En la temprana juventud me dediqué a exponer mi trabajo, la suerte quiso que mi talento se viera reflejado en forma de premio pues finalicé segundo en un certamen literario.

Mi afán de trotamundos incansable me llevó a atravesar el atlántico y en la España de 2006 autopubliqué Equilibrium, una especie de recorrido por lo más destacable de mi historia en verso y prosa.

Tres años más tarde Ilusiones (Ek 2.0) llegó al mundo para demostrar que aun me quedaban ideas por explotar, nuevamente seguí el camino online de la autopublicación.

No conforme con lo que estaba haciendo descubrí la redacción y me ocupé de explotarla. Fue por aquella época cuando la teconología empezó a encariñárseme y me animé remezclar canciones y también a hacer aplicaciones; si mal no recuerdo, fui yo quien desarrolló el tema oficial del Club Social Deportivo Merlo, un equipo de fútbol que por aquella época militaba en la segunda división argentina.

La sumatoria de tanta experiencia me animó a dar el salto a la profesionalidad en las letras y así fue como en el ocaso de 2013 amanecía Le Mie Parole, mi tercer gran obra escrita; para esta ocasión tuve la suerte de haber contado con la colaboración del artista plástico y músico argentino Semilla Bucciarelli en el diseño de la portada.

Tiempo después decidí que una parte de mi vida merecía ser compartida, por lo que comencé a ofrecer y brindar talleres y ponencias para personas con discapacidad; entendí que aceptar, integrar y superar una discapacidad es algo fundamental para llevar adelante una vida feliz. Creo en la plena integración como paso previo a la igualdad, sé que es posible, lo vivo todos los días.

Siempre en activo, sigo elaborando diferentes tipos de proyectos artísticos que algún día verán la luz.

Este soy yo, gracias por leerme.

Así soy yo, gracias por conocerme.

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Texto:

Año 2043. Debido a los problemas surgidos a finales del siglo XX y agravado sobretodo durante las primeras dos décadas del XXI fue necesaria la creación de lo que hoy conocemos como la I.A.O.I.P. / A.I.S.L.P.I. (Agencia Internacional Sobre La Propiedad Intelectual). En un principio dicho organismo actuó como lobby de los antiguos y llamados sectores discográficos, visuales y editoriales, pero la baja demanda del consumo de los mismos propició la llegada de los reformistas, muchos de ellos provenientes de organizaciones civiles destacando la participación de algunos en el ala dura del hacktivismo.

Cuenta la leyenda que cuando comenzó a regir la Ley de la Propiedad Intelectual hubo quienes aprovechando la letra pequeña y el vacío legal, llegaron a registrar incluso hasta las combinaciones de las vestimentas. También las empresas fabricantes de vehículos sufrieron las consecuencias de aquel vacío cuando en un principio, al permitir modelos personalizables de sus coches, hubo quienes registraron muchas opciones, obligando a las firmas a tener que pagar para poder producir un coche de su propia factoría o hasta tener incluso que dejar de fabricar ciertos productos.

Como consecuencia de ello, todas las empresas fabricantes de artículos personalizables registraron todas las formas probables de lograr cada objeto, dejando a los consumidores hábiles sin posibilidades de tomar tajada.

Para dar una explicación correcta del uso de la Propiedad Intelectual en nuestros días se hace necesario explicar como afecta a la vida de las personas desde antes del momento de su nacimiento hasta su deceso y más allá.

La mujer, una vez embarazada, lo primero que debe hacer después de confirmar la buena nueva es acudir a la oficina correspondiente del Registro de Propiedad Intelectual a registrar dicho acontecimiento, llevando entre otros documentos todos los certificados médicos que acrediten la veracidad del hecho. Este paso es primordial, ya que es de conocimiento público que el mercado negro de personas sin registrar comenzó a intensificarse después del 2029 durante el periodo conocido como la Explosión de la deep web.

Nacido y registrado el niño, lleva una vida en la que poco a poco la Propiedad Intelectual va introduciéndose en su ser., cuando comienza el periodo educacional se le instruye sobre la importancia de la misma, por ejemplo: cada vez que un niño realiza un dibujo o algún otro tipo de creación, la obra pasa por la máquina de registro, donde además de registrar la obra en sí, queda grabada la huella dactilar de su creador, ya que éstos aun no saben firmar, de este modo se busca que el niño se implique cada vez más en ello, hasta que llega un momento en que tienen nociones acerca de la importancia real de la Propiedad Intelectual y son ellos mismos quienes buscan registrar cada obra suya. Todo este proceso está apoyado por materiales complementarios tales como libros de cuentos o canciones que tratan sobre el tema.

Una vez que los pequeños aprenden a leer y escribir el proceso de continuo registros se acrecienta y a la vez comienza a afectar a la vida del nuevo individuo que poco a poco se va incorporando a la sociedad.

La típica frase tengo una idea fue abolida de los escenarios públicos ya que es muy fácil toparse con los cazadores de ideas, seres dispuestos a llegar a cualquier extremo con tal de apropiarse de las mismas, registrarlas y vivir de las regalías. Cada persona aprende a registrar todos los acontecimientos de su vida, puesto que además de los cazadores de ideas, existen los cazadores de vidas, de sueños, de recuerdos y de cuantas cosas sean imaginables.

Cuando las personas se integran al mercado laboral, todas las funciones que realizan están programadas y registradas, de modo que el proceso de automatismos instalado en las máquinas pasa a regir  a los productores.

El modo de vida también se ve afectado en las maneras de relacionarse, se registran desde los amigos hasta los de las parejas, aunque en el caso de las relaciones ocasionales existe cierto vacío legal, casi desconocido y que aun hoy sigue sin resolverse.

Aquellos que pertenecen a la escena pública actúan bajo protocolos registrados, ya que de este modo, al evitar la naturalidad, evitan también el robo de lo espontáneo, algo a lo que están más expuestos que el resto de los mortales.

Los matrimonios y los decesos se registran igual que en el siglo XX y anteriores, pero hasta los epitafios tienen que estar registrados y el valor en la cuantía sobre el registro de los mismos varía en función del tiempo que quiere preservarse, puede llegar a pagarse un epitafio por un precio muy elevado ya que podría servirle a su propietario para toda la eternidad.

La sociedad en general está estructurada en valor de los intereses que marca la Ley Mundial Sobre La Propiedad Intelectual, es muy difícil encontrarse con personas que se mantengan al margen de las normas, pero podría haberlas.

Este comportamiento regido sobre dicha ley mantiene el orden y la paz, cualquier alteración rompería el equilibrio desatando una nueva guerra de patentes y ésta vez las consecuencias podrían ser inimaginables.

A nivel evolutivo nuestra sociedad ha crecido en armonía, un poco estandarizada, pero manteniéndose estructurada y fiel al dictado legal que me obliga a registrar este relato, la idea de haberlo escrito, sus interpretaciones y hasta sus posibles consecuencias.

 

Fotografía: Iain Farrell (Todos los Creative Commons)