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Tras el éxito obtenido con «Modelos animales» (Salto de Página, 2014), la joven Aixa de la Cruz (1988) regresa con el que es, a mi juicio, su mejor libro: la novela «La línea del frente» (Salto de Página, 2017). No es, aunque pueda parecerlo por su solapa o por ciertas reseñas, una nueva tentativa de escribir «la gran novela vasca». La etiqueta «gran novela (vasca, americana, española, etc.)» implica una voluntad de asentar un juicio definitivo o una lectura conclusiva de cierto fenómeno o nación, tarea a la que Aixa renuncia. La tesis de su obra se sitúa precisamente en el lado opuesto: la convicción de que no podemos llegar a lecturas unívocas ni definitivas de nada, porque todo -nuestra propia identidad incluida- es en definitiva sólo un relato, una ficción que construimos narrativamente. Si en «Modelos animales» la brutalidad narrativa de Aixa era visible en la prosa y en la elección de los temas, aquí esa brutalidad se ha trasladado a la radicalidad de su planteamiento.
Por último, me gustaría recordaros que Aixa de la Cruz fue la ganadora de nuestro Premio Cosecha Eñe 2014. ¡Una razón más para leerla!