Un regalo: microcuentos para volar

El regalo más hermoso que se nos ocurre por estas fechas: un conjunto breve, pero generoso, de grandes microcuentos. Historias breves, a veces un párrafo, en otras ocasiones algo no mucho más, de esas que nos hacen volar: con un punto quizá de fantasía, seguro que de grieta en nuestra rutina, de la mano de escritores incontestables latinoamericanos. Hemos escogido a los clásicos argentinos Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar, a la también argentina y también inmensa, aunque menos conocida Silvina Ocampo, y a dos escritores populares en sus países, menos fuera de ellos: la mexicana Inés Arredondo y el venezolano Eduardo Liendo. Usa el teclado para avanzar de microcuento en microcuento... ¡y a disfrutar!

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Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan no lo saben, lo terrible es que no lo saben, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortázar

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