La revancha del papel: ocho revistas impresas que nos entusiasman
En tiempos de historias y opiniones que no deben sobrepasar los 140 caracteres, en tiempos en los que el acuerdo se representa con un «Me gusta» y el desacuerdo con el silencio, ahora que el tumblr sustituye al blog y el blog derrocó a la web y a saber qué nueva plataforma —pantalla en blanco, al fin y al cabo— irrumpirá pasado mañana, ¿qué sentido tiene publicar una revista en papel? ¿Para qué invertir el tiempo en reflexionar y trabajar, y el dinero en imprimir y distribuir, si el resultado en digital se acerca o lo iguala y amplifica la difusión y abarata los costes?
Respondemos: tiene sentido, sí, y mucho, y el nuevo y fascinante panorama de revistas en papel publicadas en España viene a darnos la razón. El sábado pasado debatimos en Festival Eñe sobre el tema. La mesa se tituló «La revancha del papel» y en ella participaron Borja Casani, impulsor de El estado mental —y enredado desde hace treinta años en aventuras como La Luna de Madrid o Sur Exprés—; Jorge Diezma, cofundador de El burro. Materialismo y cultura, que por humildad e ideología se autodefine como fanzine; y Guillermo Ortiz, escritor y colaborador de Jot Down desde sus inicios, además de implicado en muchos otros medios.
Nos referimos a esta mesa en primera persona del plural porque nos dimos el capricho: vivimos en la red pero nacimos en papel, y en papel queremos mantenernos. Muchos términos se repitieron, con insistencia: la voluntad de generar una conversación con los lectores, la militancia que aporta el ánimo para resistir… Con ese optimismo nos hemos sentado a pensar en diez revistas en papel —existen muchas más, por supuesto; ¿nos cuentas cuáles prefieres tú?— que se publican en España, y sin las cuales el panorama cultural sería mucho más aburrido.
No olvides que para recorrer esta galería de revistas en papel que nos entusiasman, que te recomendamos, y que creemos que deberías estar comprando y leyendo —por el orden que desees, ¡pero apóyalas!—, basta con usar el teclado.
(La fotografía es obra de Rubén Vique).