Como la música de un mambo, por Cristina Fallarás
Llego a la Comuna de Barcelona desde el Soviet madrileño. El tiempo ha sido bueno. Alcanzado el lago Baikal, la música de un mambo nos ha recordado que la vida continúa pese a las últimas amenazas. No nos equivocábamos al cobijarnos bajo el paraguas de la Cultura. Todos los paraguas fueron prohibidos, y no hay mejor guarida que lo clandestino.
Llego a la Comuna de Barcelona desde el Soviet madrileño. Nuestra imaginación sobrevive en los túneles. Todo cambia tan deprisa que no sabemos a qué atenernos.
Escribo estas líneas urgentes sin certezas. Solo esperamos que, tras adoptar el lenguaje de Ellos, todos los residentes permanezcan atentos.
Sé que estas letras resultan un mensaje insuficiente.
Como la música de un mambo, queridas bestias, mujeres imprescindibles: