Contra el pastel, chiquilladas, por Camino Brasa
En este mundo nuestro tan correcto, circula todo un repertorio de sentimientos y palabras edulcoradas en torno al universo de los niños que a menudo provoca ganas de vomitar. Todo es rosa, todo se escribe en diminutivo y todo es pretendidamente feliz. Contra los ataques de cursilería que la infancia desencadena, aquí están las Chiquilladas del ilustrador francés Gérard Dubois. Una visión absolutamente agria y mordaz del mundo infantil que se complace en señalar su crueldad, la falta total de escrúpulos de esos pequeños seres cuando sus instintos aún no han sido convenientemente domesticados. Un mundo terrible donde pasamos en segundos de la sonrisa al estupor o directamente al terror, pues en él vemos reflejados no pocos de nuestros más bajos instintos, los que albergamos alguna vez de niños y puede que aún guardemos en alguna esquina del alma, listos para saltar a la superficie a la menor provocación. Los que, en Goya, desembocan en los duelos a garrotazos de las pinturas negras. La parte más oscura del ser humano, que quizá empezó a latir en nuestra infancia. Quién sabe. Como mínimo, estos dibujos de factura clásica y aparente candidez son de las cosas más desasosegantes que hemos encontrado en los últimos tiempos. Una joyita que, cómo no, ha sido publicada por esos buscadores de tesoros que son los editores de Impedimenta.
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