KAOS de María Ruisánchez Ortega, una lectura de David Alfaro
Niégate a leer historias diferentes y críticas. No luches para cambiar nada, si acaso, cambia para no tener que luchar. Ten una vida real de mierda para poder vivir una mentira edulcorada y sonriente en una red paralela. Deja de buscar el amor. Si alguna vez te dan a elegir, escoge la pastilla azul.
Es el caos la confusión y el desorden, pero también es, en otras de sus acepciones, el estado indefinido anterior a la ordenación del cosmos. Es decir, lo que pasa antes de que todo pase. Este KAOS controlado por María Ruisánchez es ambas cosas a la vez, una novela que te desarbola los prejuicios y la coraza desde el inicio para penetrar en ti y quedarse a vivir. Y todo por una sencilla razón: Te hace pensar; replantearte la vida; creer en el amor.
La novela es una suerte de distopía social basada en el terrorismo poético, un movimiento que realmente existe, que fue creado por Hakim Bey, y cuya declaración de principios reza así: “Desvalija casas, pero, en vez de robar, deja objetos poético-terroristas. Secuestra a alguien y hazlo feliz. Elige una persona al azar y convéncele de ser el heredero de una inmensa, inútil y asombrosa fortuna -digamos 5.000 hectáreas en la Antártida, o un viejo elefante de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de manuscritos alquímicos-. Al final terminará por darse cuenta de que por unos momentos ha creído en algo extraordinario, y se verá quizás conducido a buscar como resultado una forma más intensa de existencia. Ve desnudo como un signo. Deja un nombre falso. Sé legendario. El mejor terrorismo poético está contra la ley, pero que no te pillen. Arte como crimen, crimen como arte”.
En dos tramas paralelas, una contemporánea narrada en primera persona y otra futura con narrador omnisciente, la autora va narrando el devenir de estos terroristas poéticos que quieren cambiar el mundo sin darse del todo cuenta de que para lograrlo lo primero que deben hacer es alcanzar algo tan sencillo y esquivo como es el amor. El amor a la amistad, a la familia, a la persona que se mete en tu cerebro y lo excita para siempre. Además, también nos colamos ocasionalmente en la cabeza de uno de los personajes para que fluya la poesía y la locura a cada rato, componiendo un puzle de tramas y sensaciones que funciona de forma eléctrica hasta desembocar en la parte final, esa que devoras sin importar que te hayan dado las tantas leyendo porque necesitas saber más.
Siempre tengo la sensación de que puedes vislumbrar la calidad de una obra por cómo están construidos sus personajes femeninos y la importancia de estos en las tramas. Y los de KAOS, además de protagonistas, son fuertes, complejos, tienen las cosas claras y pelean por la vida y el amor con uñas y dientes, logrando que vayas a su lado en este thriller que se va desmigando capítulo a capítulo mientras el amor y el buen hacer literario va impregnando cada página de la novela.
Dicen que los buenos boleros se reconocen porque siempre hablan sobre tu historia de amor. Algo similar me ha ocurrido con esta novela, la cual pese a ser pintoresca y arriesgada en su temática, te lleva directamente a tu vida, a los ardores de la juventud en que querías cambiar el mundo, a la madurez en la que ves del todo imposible lograrlo y te centras en ayudar a tu entorno, y al momento vital en que descubres que el mundo sólo va a ser mejor si pones todo tu amor en el día a día.
Por momentos, el ambiente recuerda a Mátrix, a Noviembre, a Blade Runner, pero la construcción de personajes, el situacionismo, la forma en que se acerca al amor dentro de las mentes y los juegos temporales te ponen en la órbita de Cortázar. Palabras mayores.
Sin duda, hoy en día, ante la oferta saturada de libros a la que estamos expuestos, todo manuscrito debe pasar el “test de estrés” de las primeras 50 páginas. Cuando llegues a ese punto, creo que vas a estar devorando las esquinas de esta novela para llegar antes a las letras con que te están narrando la historia. O, si eres más radical, quizá te valga con acercarte a la contraportada de esta edición maravillosamente cuidada por la editorial ‘Pez de plata’ que sentencia de la mejor manera para cerrar esta crítica literaria: “KAOS nunca murió. KAOS es todo. KAOS es un grupo de artistas. KAOS es un grupo terrorista. KAOS es un escritor apodado /b/. KAOS es Mía, su musa. KAOS es arte. KAOS es lucha. KAOS no existe. KAOS está en ti. KAOS es una frecuencia. KAOS es un camino. KAOS es una elección. La tuya. KAOS no es un libro. KAOS es un arma”.