Pilar Aymerich ha comentado en diversas ocasiones que ella no caza imágenes, ella las pesca.
Esta diferencia en el lenguaje es sumamente significativa en su relación con la fotografía y el objeto de la misma. Aymerich no se identifica con el fotógrafo que sale a la caza del “momento decisivo”, ella simplemente está y espera atenta, como en una situación de pescar. De ese modo, Aymerich fue testigo y registró los grandes eventos y manifestaciones del final del franquismo y de la transición; formaba parte de esos movimientos, era parte implicada, era mujer, fotógrafa y discreta.
La exposición que proponemos es una exposición de carácter monográfico que reúna y muestre una parte substancial del trabajo de Pilar Aymerich desde sus inicios, fotografiando escenas teatrales, pasando por los retratos de personajes (más de cuatrocientos) de la cultura y la política, las manifestaciones durante la transición o las más recientes también de manifestaciones feministas.