Nacido en 1940, en Shita-machi, un barrio tradicional de Kyoto, Araki tomó su primera fotografía a los doce años, cuando su padre, un artesano propietario de una tienda de geta (zuecos de madera tradicionales) y aficionado a la fotografía, le enseñó a usar la cámara. Tras trabajar como camarógrafo en la agencia de publicidad Dentsu, Araki presentó, en 1971, Un viaje sentimental, una colección de fotografías realizadas con su mujer, Yoko, en el transcurso de su luna de miel.
Tokio es no sólo la cuna y el lugar de residencia de Araki. También le ha servido como modelo para sus trabajos artísticos: las calles, los habitantes, el cielo, las flores, la terraza de su vivienda y, ante todo, desnudos de mujeres atadas artísticamente. En la década de los noventa Araki comenzó a distinguirse como una figura de culto. Sus fotografías influidas estilísticamente por el Neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague conquistaron las galerías y los museos de todo el mundo.