Lillian Bassman se reinventó y superó a sí misma en varias ocasiones a lo largo de su carrera artística. Desde joven simultaneó la pintura y el dibujo con la danza, disciplinas que incorporó a su trabajo como fotógrafa de moda para crear un lenguaje único. Fundación Loewe organiza y patrocina esta muestra comisariada por María Millán que podrá visitarse hasta el 27 de julio.
La exposición Pinceladas muestra una selección de imágenes que sirven de introducción al extenso y singular trabajo de una mujer que, haciendo poco caso de las reglas de la fotografía, utilizó el medio para dar rienda suelta a su creatividad. En una época en la que las prendas se mostraban rígidas sobre los cuerpos de las modelos, Bassman las retrató interactuando con la ropa de forma natural.
Lillian Bassman (EE.UU., 1917-2012) nació en el seno de una familia de emigrantes rusos judíos. Con 15 años se independizó para vivir con Paul Himmel, de quien no se separaría hasta su muerte. En 1935 se integró en el Federal Art Project, área artística del plan pro empleo del New Deal. En 1941 comenzó a trabajar en Harper’s Bazaar y en 1945 se convirtió en directora de arte de Harper’s Bazaar Junior. Su primer encargo fotográfico llegó en 1948 y desde entonces recibiría encargos de las mejores revistas de moda del momento. Junto a su marido, en 1951 puso en marcha el estudio Bassman-Himmel donde trabajarían como fotógrafos de moda hasta 1971, año en que lo cerraron para desarrollar trabajos personales. En 1993 su obra vivió un redescubrimiento y ya con ochenta años comienza a ser reconocida por museos y galerías. En 2004 recibió el premio Lucie por su relevante papel en el mundo de la fotografía de moda.